miércoles, 21 de julio de 2021

Jrue

 

No other word will do. For that’s what it was.
Gravy.
Gravy, these past ten years.
Alive, sober, working, loving, and
being loved by a good woman. Eleven years
ago he was told he had six months to live
at the rate he was going. And he was going
nowhere but down. So he changed his ways
somehow. He quit drinking! And the rest?
After that it was all gravy, every minute
of it, up to and including when he was told about,
well, some things that were breaking down and
building up inside his head. “Don’t weep for me,”
he said to his friends. “I’m a lucky man.
I’ve had ten years longer than I or anyone
expected. Pure Gravy. And don’t forget it.

Raymond Clevie Carver “Gravy”



2003, Monty abdica de corto en Phila. 2013, tras su bautismo en Phila, Jrue Holiday de point en Pelicans entrenados por Williams. Diez años, una década. La misma familia. Una mujer por la que vivir, cruzadas dos vidas.

En el 2011, Paul Hornet de New Orleans dirigidos por Williams. 2021, Chris de nuevo la extensión de Monty, Sun de Phoenix, la misma familia. Diez años, una década. Cruzadas dos vidas.

Budenholzer nativo de Arizona, coach de Monty como espuela y su "three" a la espalda, CP en LA un emblema. De Chatsworth Holiday, indígena y Bruin de leyenda. Vidas cruzadas, un balón y una cesta. 




These fish have no eyes
these silver fish that come to me in dreams,
scattering their roe and milt
in the pockets of my brain.

But there's one that comes--
heavy, scarred, silent like the rest,
that simply holds against the current,

closing its dark mouth against
the current, closing and opening
as it holds to the current

Raymond Clevie Carver “The Current”



De UCLA Jabbar y Allen. De estrellas y currelas, en Milwaukee cinco décadas. Curtirse a los 20, con Collins un ensayo, un retazo. El reto más difícil fuera de la cancha, retiro voluntario. Sweep a Blazers en Portland, y justicia social su reclamo.








Falanges por cornamenta, sombra que gravita en silencio. acecha a su presa, inocula veneno por naturaleza.  Nunca antes en las praderas de Wisconsin un ciervo resultó de tan reclamo al de Jrue Holiday.

 

Así como la obra literaria de Carver inspiraría a Robert Altman en Short Cuts, el virtuosismo instrumental en Green Architect inspira este relato en forma de Croix.  Jrue. The Truth. 






lunes, 23 de marzo de 2020

Shai & Tatum, basket de terciopelo

¡Quién cabalgara el caballo
de espuma azul de la mar!

De un salto,
¡quién cabalgara la mar!

¡Viento, arráncame la ropa!
¡Tírala, viento, a la mar!

De un salto,
quiero cabalgar la mar.

¡Amárrame a tus cabellos,
crin de los vientos del mar!

De un salto,
quiero ganarme la mar.

(Rafael Alberti)




Criado en Ontario y formado en Chattanooga, de una envergadura de 6-11, solo equiparable en longitud al serigrafiado sobre el numero 2 al dorso de su camiseta, hoy relampaguea para Presti en la choctaw Oklahoma. 


De solo unos meses antes, San Luis (Missouri) se congratula en presentar de green pride a su nuevo estandarte, nada premonitorio, por cierto, de su dorsal 0. Moldeado por Coach K y seducido por Ainge. Ni los cien mil ojos de sus respectivos escapan a su encanto.  






A cada gesto, a cada movimiento, sinfonía armoniosa dónde se prohíben los lamentos. Es así como susurran al baloncesto Shai Gilgeous-Alexander y Jayson Tatum. Simbiosis coral de mente y cuerpo, como poseídos del don, ese que una sonrisa de jugón da vuelo. Porque todo lo que nace y muere de sus manos, su escenificación y presagio funde místicamente en un abrazo. Un abrazo con lo ameno y bello, de sutil aterciopelado. 




Finta, bote, pase o tiro. Reverso, proverbial giro. Un segundo de acción es puro relajo, goce para los sentidos. Sinceramente creo que hasta con muñones disfrutaríamos de lo que su lenguaje transmite, de su arte en movimiento. Porque los homenajes han de ser en vida y a ser posible alejado del foco de las estadísticas. Aquí mi reivindicación y tributo al frac como emblema de una nueva era. 





Shai y Jayson cabalgan los mares mientras nos sumergen en un Flow permanente.

sábado, 15 de febrero de 2020

Bandeja de boquerón (III): Baby boomer

Alberto es el único que de verdad no podemos duplicar, hay otro jugadores que pueden duplicar posiciones. Alberto es quien equilibra el equipo y el único director puro de juego (Luis Casimiro).



De pelirrojo le viene al galgo. Dos ráfagas estremecedoras, una desde el robo -con 3 consecutivos- y otra desde el triple (two on a row). Reencarnado en Hugh Glass derramó copitos de nieve a su paso sobre el encendido equipo maño. Supo el coach manchego conjugar los aromas de sus pequeños.  Adams campó a sus anchas. Brizuela tuvo su momento de efervescencia y Jaime la clarividencia para definir la contienda. Zaragoza, por contra, penó los errores de San Miguel, ayer bajo cero. Con Alocén en el banco y Dj Seely pinchando una y otra vez. Tenemos canción del verano Díaz para Guerrero, revival malagueño. De cuando fuimos los mejores. Cabezas y Berni, asienten.




Y la preponderancia de enanos no varió en la previa. Con Huertas empeñado en hacer brillar su estrella y y la horma de Massenat como espuela. Aunque fue Senglin quien terminó desatado haciendo diabluras. Excelente Navarro maniatando el plan de Vidorreta. Gio, ante Musli, quedó en caverna. Y fue Llovet al final quien se inventó la cesta que reivindicara al big man en el Carpena.



Ya estamos a minutos de la fase decisiva, antesala de la final. Valencia Basket versus Real Madrid y Moraban Andorra versus Unicaja. Otra vez. Por si no hubieramos tenido ya bastante. Pero nada de lo de ayer vale hoy.


Tu cara me suena. No amigos, no. Bodrios al margen, el tema del día nos lo trae  Michael Kiske.








 

En las sombras de las calles
Te han abandonado sin una mano de ayuda a tu lado
Te ocultas de la luz del día, viviendo en la oscuridad
No tienes amigos, no puedes confiar en nadie
Excepto en tí mismo
La única sombra que está a tu lado
Es la sombra de Lucifer
Riendo con una satánica sonrisa
Y su amigo la Muerte afila su hoz
Tú no quieres morir, ¿o si? Pero tú
Tú arderás en el infierno

viernes, 14 de febrero de 2020

Bandeja de boquerón (II): In and out




Vuelve tu rostro hacia el sol y las sombras caerán detrás de ti (proverbio maorí)



In and out, dícese de aquella acción en la que el balón gira alrededor del aro para acabar siendo escupido por éste. Duendes imaginarios, poltergeist, bicolor esférico, tal vez el curvado metal que soporta el tablero. O una simbiosis de todo ello. Sucede que con cada cambio llega cíclicamente –y no por casualidad – ese fenómeno paranormal del lanzamiento que se sale de dentro. Tiempo para reflexionar sobre la conveniencia de estos estrenos a las puertas de cada gran torneo. 



In and out. De lo inesperado del curso pasado con Pesic recién llegado a los mandos y un Barça más fuera que dentro al batacazo de caer en primera ronda eliminado. De V Milenio. De ver a un equipo gozar asociándose a este esperpentico juego individual de llegar y tirar (40 de 70 totales fusilados por 3 jugadores). Ni rastro de las conexiones dentro-fuera y fuera-dentro de Davis con Mirotic y Mirotic con Hanga del arranque de temporada, palideció ante su tenebroso reverso taronja. Big to big, high-low y extra pass. 




In and out. 74 proyectiles desde más allá del arco en el duelo mediterráneo. 1 cada 32,4 segundos. Una suerte de conjura de necios apocalíptica se adueñó entonces de la atmosfera del Martín Carpena, es como si el paradigma de toda una generación se hubiera borrado para siempre de la faz del parqué, y en respuesta al instant replay se hubiera perpetrado tamaño tiroteo. 




In and out. Para ballesta, la de Llull. Del cielo llovieron trizas a cada sacudida de la red. Es como si de la onomatopéyica reverencia en Miribilla hubiera querido sacar fuego a modo de particular vendetta. Para Laso el all in con Campazzo, Tavares y Deck. No falla. A la espera de estrellas invitadas. De alienígenas lo de los Men in Black aunque sean ellos los que traten de mantenerles out.






Mirando más allá de las brasas de puentes brillando detrás nuestro,
vislumbrando cuán verde era en el otro lado
Pasos hacia adelante, sonambulismo de nuevo.
Arrastrados por la fuerza de alguna marea interna
hacia una mayor altitud con la bandera desplegada,
Alcanzamos alturas vertiginosas en aquel mundo soñado
Encumbrado para siempre por el deseo y la ambición
hay un hambre aún aún insatisfecho,
nuestros ojos cansados aún bajan al horizonte
aunque estuvimos tantas veces por este camino…












Valencia y Real Madrid. Real Madrid y Valencia. Semifinal. Esperanza. Deseo y esperanza. Esperanza en que algo grande está por llegar. Sentimiento …y esperanza.